Hace un par de semanas la presidenta de la Asociación Chilena del Espacio (Achide), Loreto Moraga, conversó con el medio Infoespacial.com sobre el desarrollo y estado actual de la industria espacial en Chile. Detalló qué podemos ofrecer como país al desarrollo espacial, repasó la historia espacial chilena, incluyendo los esfuerzos para crear una agencia espacial chilena, y destacó las oportunidades que podría tener Chile si esta institucionalidad se concretara.
Esta publicación es un resumen de una larga entrevista, cuyo detalle se encuentra en el sitio web de Infoespacial.com
Los mercados, en la actualidad, son de alcance global, trascendiendo fronteras nacionales o regionales. Asimismo, el espacio, siendo vasto y complejo, no se ve limitado por barreras geográficas y ofrece oportunidades para países emergentes como Chile, que puede aprovechar sus conocimientos en sectores productivos vinculados al espacio. La minería espacial se presenta como un campo de interés destacado, respaldado por un sólido know-how consolidado en Chile.
Desde una perspectiva geográfica, se identifican ventajas comparativas significativas. La instalación de antenas en la región de Magallanes para la descarga de información satelital proveniente de órbitas sobre el Polo Sur se suma a una infraestructura digital avanzada. Chile destaca como el Hub de Copernicus en la región, con capacidad para transmitir datos mediante fibra óptica a supercomputadoras locales.
Son este tipo de ventajas y oportunidades las que quiere impulsar la Agencia Chilena del Espacio (Achide), fundada en el año 2000 por ingenieros que participaron en el programa Fasat de la Fuerza Aérea. En 2001 Achide colaboró en la creación de la primera Agencia Chilena del Espacio bajo el gobierno de Ricardo Lagos, sin embargo, esta institución tuvo una duración efímera debido a limitaciones presupuestarias y quedó en definitiva inactiva. No sería hasta 2016 que se reactivaría esta idea durante la revisión de la Política Nacional Espacial. Esta vez, en lugar de centrarse únicamente en la creación de una Agencia Chilena del Espacio, se propuso un enfoque más ambicioso, reclutando profesionales de diversas especialidades y sentando las bases para un ecosistema espacial que incluya al sector privado.
La privatización del espacio en la era actual, conocida como New Space, ha democratizado la exploración espacial, abaratando costos y permitiendo la participación del sector privado y académico. La presidenta de Achide señala: “Antes se buscaba la perfección y era una actividad tremendamente cara, larga y lenta; una etapa que ha sido superada y reemplazada por el New Space. Sigue siendo caro y requiere esfuerzos colaborativos, pero ya es asequible”. Aunque los proyectos son internacionales y colaborativos, la falta de una agencia espacial en Chile dificulta la identificación de un interlocutor claro y la participación efectiva en foros internacionales.
“Chile ha suscrito el Corpus Iuris Spatialis y eso significa que asume ciertos deberes de control y de fiscalización, pero eso no se está haciendo. En rigor, Chile está incumpliendo los tratados que ha suscrito y por eso promovemos que exista una agencia espacial. Hay que cuidar la exposición de riesgo, derivada del tratado de responsabilidad, y debemos tener al Estado participando.”, indicó Loreto Moraga. Chile incumple sus compromisos al no establecer un marco institucional adecuado para la supervisión y fiscalización de las actividades espaciales. El Consejo Asesor Presidencial, compuesto por cinco ministerios y presidido por el Ministerio de Ciencia, no ha logrado una participación activa en la escena internacional ni ha adoptado decisiones sustanciales en materia espacial. Menciona además que la falta de coordinación y priorización en este ámbito representa un desafío, especialmente en el contexto de la presencia internacional clave en el espacio.
En este contexto, la ausencia de una agencia espacial dificulta la realización de proyectos colaborativos y la identificación de socios internacionales. La dispersión de responsabilidades entre diversos ministerios y la falta de atención prioritaria por parte del Ministerio de Ciencia obstaculizan el avance efectivo en la agenda espacial de Chile. Se destaca la necesidad de agilidad administrativa para coordinar eficientemente a los actores involucrados.
A pesar de los desafíos mencionados, Chile está avanzando en la implementación del Sistema Nacional Satelital (SNSat), un programa satelital que en 2025 contará con 10 satélites en la baja órbita terrestre, y que constituye una oportunidad para proyectos tanto públicos como privados a largo plazo.Este proyecto, debido a su ambición y mirada más amplia, podría ser el primer paso para conseguir la tan anhelada creación de una Agencia Chilena del Espacio.